viernes, 5 de octubre de 2012

Conducir en el lado contrario

Hace tiempo que os dije que iba a escribir sobre lo que se experimentaba conduciendo por el lado contrario pero he estado un poco liado y lo he ido dejando, hasta hoy que ya he encontrado el hueco para escribiros.

Como sabéis en Inglaterra, Japón y Australia (puede que me deje alguno más) se conduce por la izquierda, así que para ello los coches tienen el puesto de conducción a la derecha (al contrario que en España, por poner un ejemplo). Solo mueven el volante y los pedales de sitio pero dejándolos en la misma posición en la que se encontraban. Por lo que para cambiar de marcha seguiremos teniendo el pedal del embrague en el pie izquierdo pero para cambiar la primera marcha la tendremos alejada de nosotros.

Además de los cambios en el coche, también hay cambios a la hora de circular, como por ejemplo con las rotondas que se dan en el sentido de las agujas del reloj, en la autovía suele haber dos carriles de entrada (o aceleración) sacándote uno más adelantado que el otro, también esos carriles se incorporan por la izquierda por lo que muchas veces te encuentras un coche a tu izquierda sin esperarlo.



Después de estas explicaciones nos ponemos a los mandos de la Peugeot 5008 que alquilamos para ir a Bournemouth, estábamos en un aparcamiento cerca de la playa por lo que para salir era una calle sin tráfico, y claro, lo primero que hice fue ponerme a la derecha, escuchando las pertinentes voces de los compañeros diciéndome que ese no era el carril. Pasado el susto, continuamos el camino.

Por carretera y más importante en la ciudad, otra de los problemas que te encuentras es que al estar acostumbrado a circular por la derecha y tener el puesto de conducción en la izquierda, las medidas del coche no las controlas bien. Mientras en España no tengo que tener cuidado de si voy a dar a alguien con la parte derecha del coche, aquí tengo que andar muy pendiente para no acercarme demasiado a los coches que hay aparcados a la izquierda, sobretodo cuando se va callejeando por la ciudad. El truco para no acercarse demasiado a estos coches es seguir lo más cerca posible la línea del centro de separación entre carriles.

He conducido por aquí ya unas 5 o 6 veces y todavía sigue siendo un poco estresante. Lo que más difícil veo es el controlar las medidas del coche en la parte izquierda. Aparte de eso y aunque todavía me cuesta un poco cambiar con la mano izquierda, no supone mayores problemas.

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