lunes, 14 de mayo de 2012

Corte de pelo en Birmingham

Hace ya dos meses y medio que salí de España. Y cuando llegué aquí ya venía con el pelo largo así que tocaba ir a una peluquería, entenderse con el peluquero y salir más o menos con el pelo como a uno le gusta. Y todo eso sin dejarse un riñón en el intento.

Un día íbamos Manolo y yo por la calle, una de las calles que llevan al Bull Ring, e íbamos pensando que ya era hora de cortarse el pelo. Así que dicho y hecho. Un poco más adelante encontramos una peluquería regentada por Turcos que no tenía mala pinta y que el precio no estaba mal (10 libras).

Aquel día la peluquería estaba vacía, por lo que no tuvimos que esperar turno y se pusieron rápidamente "manos a la obra". Nunca mejor dicho. Les dijimos cómo lo queríamos y se pusieron a ello como si de ovejas se tratara.

Para la parte de atrás y los laterales utilizaban la maquinilla sin preocuparse de los tirones, empujones y demás abusos que sufrían nuestras cabezas, ¡Vaya meneos! Después se pusieron con las tijeras, para la parte de arriba. Parecía como si con el peine te estuviesen haciendo surcos en la cabeza, ¡qué presión!. Todo esto con mucha prisa, como si quisieran volver a tumbarse en el sofá a seguir leyendo revistas.

Después de todo el sufrimiento, el resultado no fue del todo el esperado. Me habían cortado poco por arriba y más por los lados, aunque al menos no se notaba el escalón.

Hoy, mes y medio después toca pasar de nuevo por el ¿sufrimiento?. Esta vez, la peluquería elegida está muy cerca de casa y el precio es más barato (7 libras).

La peluquería esta vez está regentada por gente de Kazajstan. Esta vez, por lo menos había gente cortándose el pelo, así al menos podíamos saber lo que nos esperaba.

Nuevamente hablamos con el peluquero, que esta vez sí que está dispuesto a trabajar. Me pregunta el número con el que quiero que me corte los laterales y la parte de atrás y...¡arránca el festival de la velocidad y el arado!. Aunque esta vez más suave y más deprisa. La parte de arriba, con las tijeras a la velocidad del rayo. Y esta vez con el resultado esperado.

Eso sí, de lo que no hay queja ninguna es de la limpieza que hay en ambas peluquerías, sobretodo en esta última.

Conclusión: Los peluqueros de Birmingham no tienen cuidado en el trato con el cliente, en cuanto a la forma de cortar el pelo. Ninguna queja en el trato, la limpieza y la seguridad.



PD: Aunque la foto no tiene nada que ver con el post, la pongo para animar esto. Fue una paella que comí el jueves pasado por la noche que pusieron de tapa en un bar. Suelen hacer paella todos los jueves por la noche a las 22h.


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